– Setas (shiitake y seta flor…, o las que más te gusten).
– 1 coliflor pequeña.
– 3 patatas medianas.
– 1 nuez de margarina.
– Sal, pimienta, finas hierbas, nuez moscada, salsa de soja tamari.
Elaboración:
Se rehogan las setas con un poco de margarina (o el aceite vegetal que más te guste), se añade un pellizco de sal, pimienta y finas hierbas…, se añade un inichorrito de salsa de soja tamari para darles color y potenciar el sabor y se reservan. Por otro lado se cuece a fuego lento con poca agua la coliflor con las patatas, un a pizca de sal, pimienta, nuez moscada y media pastilla de caldo vegetal ecológico (o no). Luego se bate todo muy bien añadiendo final un pelín de margarina (o nata vegana, o leche vegetal, o nada) y se adorna con tropezones de setas. (Imposible olvidar aquel día remoto en que probé una suave, espumosa y multiorgásmica crema de coliflor con setas en la boda de Ennecones…, diríase, dicho muy redicho, que fue cocinada por las rosadas manos de una musa en la concha de Cipris).
– Cebollitas francesas (o españolas, pero menudas).
– 1 pimiento verde hermoso.
– 1 piña (o una lata si no es temporada)
– Especias al gusto (pimienta, jengibre, finas hierbas, cilantro…)
– Sal, aceite de sésamo (o de oliva, si no tienes) y vinagre de Módena.
– Salsa agridulce.
Elaboración:
Se fríen el pimiento verde en aceite de sésamo (a fuego vivo), por otro lado se se glasean las cebollitas francesas a fuego lento, añadiendo un chorrito de vinagre de Módena; se añaden al pimiento junto a los anacardos, la piña, un pellizco con dedos pantagruélicos de sésamo tostado y otro chorrito de vinagre de módena. Se pone el jugo de la piña con el resto de los ingredientes, la agregan la sal y las especias (yo le puse pimienta, jengibre, cilantro y finas hierbas). Un ratito de chup-chup y al final se añaden la soja texturizada (rehidratada, enharinada y frita) y la salsa agridulde.
Nota: Lo del estilo manchú es porque en el último mometno, justo antes de llevarlo a la mesa, le di candela pero no lo tapé, y claro, se puso a borbotonear volcánicamente y manchú toda la cocina.
– 200 g de lentejas crudas (remojadas al menos 3 horas).
– 3 dientes de ajo.
– 1 cebolla.
– Aceite de oliva, sal, pimienta, comino, orégano, cilantro y lo que te apetezca (alcaparras, aceitunas negras, sésamo, anacardos, tomates secos, levadura de cerveza…)
Elaboración:
Se mezcla todo y se tritura (si la textura queda demasiado líquida se puede añadir pan rallado, harina, levadura de cerveza, gluten de trigo, frutos secos…), se les da forma y fritas o al horno, como prefieras.
Nota: Yo les puse tomates secos, anacardos, sésamo tostado y levadura de cerveza. Ideal para tomarla con pan de hamburguesa acompañada de cebolla frita, una buena rodaja de tomate, lechuga, pepinillos y las salsas que más te gusten (mostaza, ketchup, mayonesa…)
– Pasta (la que más te guste, yo le puse espagueti).
– Aceite de oliva.
– 1 chalota hermosa.
– 1 pimiento rojo.
– 3 ó 4 tomates secos (con un chorrito de su aceite, si lo están.
– 1 cucharada de carne de ñora.
– Salsa de tomate frito casero.
– Espárragos trigueros.
– Aceitunas negras.
– Alcaparras.
– Tomates cherry.
– Sal, pimienta, finas hierbas y albahaca.
Elaboración:
Para salsa ponemos en una bandeja un chorrito de aceite, chalota bien picada, pimiento rojo, tomate seco (si es en aceite puedes ponerle un chorrito), carne de ñora, salsa de tomate frito, espárragos trigueros, aceitunas negras, alcaparras, tomates cherry (cortados a la mitad), sal, pimienta y finas hierbas. Al final, una vez horneado, se añade albahaca picada y se mezcla todo con la pasta humealdente.
Nota: Si lo quieres muy sencillo la receta la puedes acabar ahí. O bien, como hice yo, dar un pasito más y añadirle una tramboloñesa de soja texturizada…, como siempre hidratando, enharinando y friendo la soja (tamaño pequeño) que puedes poner por separado o agregar al final y mezclar con el resto de los ingredientes (así lo hice yo y quedó chupi…, no hay más que ver las caras).
Nota 2: Como tenía el día creativo y una invitada, preparé un queso tramparmesano para espolvorear.
– Patatas (sobre cantidades está todo dicho, hay tantas medidas como personas y apetitos, así que usa las propias).
– Chorizo vegano (dulce o picante, el que más te guste), lo puedes encontrar en tiendas especializadas como Mi Cabra Vegana y mil más.
– 1 cebolla grande.
– 3 ajos.
– 1 pimiento verde.
– 1 hoja de laurel.
– Vino blanco.
– Carne de ñora o pimiento choricero (si o tienes le pones pimentón y listo).
– Especias (sal, pimienta, pimentón, finas hierbas, comino… Tú mismx)
Elaboración:
Hoy patatas a la riovegana, con chorizo vegano, patatas, y un sofrito de pimiento verde (2), una cebolla grande, 3 ajos, una hoja de laurel, un poco de vino blanco, pimienta, sal, pimentón, finas hierbas y comino. Se pochan las verduras, se baten, se añade agua, las patatas cascada y el chorizo previamente frito al final. Me han parecido chachiricas.
– Alubias negras (la cantidad, como siempre, depende de los comensales, yo pongo como una taza por persona porque soy muy glotón y universalizo mi singularidad).
– Arroz glutinoso (tres cuartos de lo mismo), el arroz bomba o el que uses para sushi o risotto va bene.
– 1 patata hermosa y harinosa.
– 2 chalotas.
– 1 cucharada sopera de glúten de trigo.
– Pan rallado.
– Levadura de cerveza.
– Especias a tutiplén (aquí debes elegir las que más te gusten, yo les puse ajo y cebolla en polvo, pimentón, finas hierbas, pimienta, orégano, comino y anís en grano).
Elaboración:
Para ser sincero he de confesar que cambié ligeramente el color de las alubias (no tenía negras, así que le puse un bote de alubias rojas de Tolosa). Una vez cocido el arroz glutinoso y la patata se añaden a las alubias (que habremos triturado previamente), las chalotas (cebollas rojas) bien pochadas, y a continuación el resto de ingredientes, que mezclaremos hasta obtener una masa compacta y morcillera. Una vez que tenemos la masa hacemos una bola y le damos forma oblonga haciéndola rodar por una superficie dura (hasta que adquiera la forma y el tamaño deseados), luego la embutimos en en papel film y la cocemos durante una media hora.
Nota: Es importante atar bien los extremos para que no se salga la masa. Ponle una buena cantidad de arroz glutinoso, le ayudará a darle más consistencia. Lo mismo ocurre con las especias…, ni las judías, ni el arroz, ni la patata, son alimentos especialmente sabrosos sin condimentar, así que sé espléndido con las especias. Enharinada y frita después de cocida y enfriada (es como yo la hice) gana cantidubi. Y, si te asalta un furor creativo, prueba a ponerle piñones y hierbabuena.
Nota 2: Si no quieres complicarte demasiado aquí va una receta express con la mitad de ingredientes y menos elaboración que queda deliciosa:
Lleva un bote de alubia negra Goya, una taza de arroz glutinoso, agar agar, preparado para burritos, pimienta negra abundante, ajo en polvo, cebolla en polvo, anís en grano, comino en grano y sal. Se calienta el bote de judías con las especias, se le pone el agar agar para que espese, se añade el arroz (previamente cocido), se deja templar, se le da forma oblonga con film o papel de aluminio y a la nevera.
Nota 3: Hay muchas formas de hacer esta receta. Una que he descubierto recientemente es usando seitán. Cuando se hace con bastante líquido para que no quede tan firme, es ideal para hacer un trampantojo de revuelto morcillero muy riquilicioso. Se prepara como si fuéramos hacer el clásico seitán encebollado (importante que sea con cebolla roja) y la pulpa que queda de la veche de almendra (o un poco de almendra machacada con sal, pimienta, anís y tomillo). Se dora primero la cebolla, se añade el seitán desmigado, la almendra, las especias y se cocina todo junto hasta que pierda un poco de humedad y haya tomado ese aspecto de revuelto. En este punto yo le añadí un poco de arroz cocido para darle el toque burgalés, pero también podría hacerse con pimientos rojos, trampanhuevo, o agregando un poco de agar agar para ponerlo firme, darle forma oblonga, enharinarlo y freírlo.
Nota 4: Si te pasa como a mí, que eres un capsicófago incurable, y te gustan los sabores volcánicos, puedes ponerla brava añadiéndole un palito de gluten picante en pedacitos…
Se bate todo, excepto las nueces, que se añaden después troceadas. Ponemos la masa resultante en un molde engrasado y al horno unos 25 minutos, o al microondas 6 ó 7. Es cuestión de ir poco a poco para que ni se queme ni se quede crudo.
Nota: si se te desmocha un poco, como me ocurrió a mí, puedes distraer la atención sobre el hecho poniéndole unos ojos de nuez y nariz de mermelada. Si además le añades una semilla de papaya sobre la nariz, a modo de espinilla tropical, tendrás un bonito tema de conversación para el postre.
– Sal, pimienta, comino, cilantro, jengibre, canela y curry.
Elaboración:
En 2 litros de agua se ponen las verduras (las que más te gusten pero no pueden faltar calabacines y un trozo de calabaza…, yo añadí también, medio repollo, una zanahoria, un nabo, un poco de apio, 2 tomates, perejil y/o cilantro, un poquito de jengibre y, si lo tenemos a bien porque nos encandila muy sabroso, una pastilla de caldo de verduras ecológico). Se deja cocer a fuego lento (chup-chup… chup-chup…). Añadimos sal, pimienta, comino, canela, cilantro, jengibre, curry…, las especias que más nos gusten. Cuando el caldo está listo se vierte sobre el cuscús (previamente lavado) y se deja un par de minutos para que se ponga al dente, se acompaña de la verdura cocida y unas gotitas de salsa de soja o tontería roja (que haremos con los dos tomates, un ajo, comino, vinagre y sal, según se indica en la receta).
Nota: Si quieres convertirlo en plato único, al final puedes añadir en el caldo unos garbanzos (fuera líos, los de bote van bien) y dejarlos cocer dos o tres minutos, luego los sirves aparte y que cada cual se sirve según a su gusto y apetito.
Nota 2: No me digáis que no quedan preciosos los árboles y las nubes reflejados en la sopa, parece un caldo de cielo.
El gomasio es un condimento muy común en la cocina japonesa. Tiene tres características principales: es delicioso, nutritivo y sencillíiiiiiiisimo de hacer.
Solo hay que tostar ligeramente el sésamo y la sal marina en una sartén y luego machacar (también ligeramente) la mezcla en un mortero. En 5 minutos tienes listo un acompañamiento ideal para legumbres, sopas, ensaladas, guisos, sopas, tostas, pastas, sushi, canapés, patés, cremas, etc… Un toque de sabor lleno de vitaminas, minerales y un delicioso aroma a tostado.
– 300 gramos de judías rojas (puede ser un bote ya cocidas).
– 2 ajos.
– 1 chalota.
– 500 ml de caldo de champiñones, otra seta, verduras o agua si no tenemos nada lo anterior.
– 1 puñadito de perejil.
– Especias al gusto (le van de lujo la pimienta, orégano, cayena, finas hierbas, clavo y pimentón)
– Aceite, sal, vinagre y limón.
– Un puñado de trigo sarraceno (servido aparte).
Elaboración:
Se rehogan los 2 ajos y la chalota bien picados, se añade la seta shitake en trocitos (si no tenemos shitake le va bien cualquier otra seta, champiñón, seta de cardo, seta ostra, boletus…), un poco de perejil picado, orégano, finas hierbas, 2 clavos, pimienta en polvo (y cuatro granos enteros), media cayena, unas gotas de limón, otras de vinagre, un poco de pimentón, y cuando todo esté bien pochado y maridado un caldo de champiñones u otras setas…, dejamos que reduzca y los últimos 10 minutos añadimos el bote de judías rojas, con su caldo y todo. El trigo sarraceno se lava, se cuece y se sirve aparte. Un plato fino, agradable, completo, rico y muy de mojar pan. He de confesar que yo lo hice con los pleorutus ostreatus que me regaló mi amiga Yolanda, que como ya me conoce y sabe que siempre me pido cosas que se puedan comer, beber o leer, me los regaló por mi cumpleaños.