Ingredientes:
– Garbanzos cocidos.
– 1 cebolleta.
– Aceite de oliva.
– Sal, pimienta y pimentón (opcional).
Elaboración:
Podemos usar los garbanzos sobrantes de un cocido, cocerlos o, lo más sencillo, utilizar un bote de garbanzos y ahorrarnos el cocimiento. Con cualquiera de las tres versiones hay que machacarlos bien con un tenedor y mezclar el machado resultante con la tontería roja y el aceite de oliva. La cebolleta se pica en brunoise (juliana no, lo otro) y se pone por encima, pero sin mezclar, para que no se humedezca demasiado y permanezca crujiente hasta el momento de servirla. Le va bien, si te gusta, un poquito de pimentón espolvoreado y una guindilla para adornar que luego te puedes ir comiendo a mordisquitos de lirón/a.
Nota: En realidad este plato (que para mi tiene un valor sentimental, porque en tiempos fue mi favorito…, por la sencilla razón de que es una auténtica delicia) está sacado de un accidentado cocido en el que descubrí, a lo Alexander Fleming, el maravilloso binomio que hacen los garbanzos con la tontería roja…, pero esa es otra historia y ya la contaré en otra ocasión.