Ingredientes:
– 2 berenjenas hermosas.
– 2 patatas de igual porte.
– 2 tomates equivalentes.
– Soja texturizada menuda.
– Salsa de tomate frito.
– Vino blanco.
– Salsa de soja tamari.
– Pimentón, pimienta, sal, orégano y aceite de oliva.
– Queso rallado vegano (o pan rallado, o levadura de cerveza).
Elaboración:
Cocemos las patatas hasta que estén al dente. Cortamos las berenjenas en rodajas finas y las pasamos por la plancha hasta que queden doradas. Mientras tanto habremos puesto en remojo la soja texturizada menuda, que saltearemos (una vez lavada y bien escurrida) en un poco de aceite de oliva y/o sésamo, una vez dorada añadiremos el vino blanco, la salsa de soja tamari, y el tomate frito. Sazonaremos con sal, pimienta, pimentón y orégano y dejaremos reducir y reservaremos.
Montamos la musaka con una primera capa de patata cocida y cortada en láminas de medio centímetro, seguida de otra capa de tomate en crudo, pelado y cortado en láminas del mismo grosor (es importante añadir en cada capa un poco de sal, pimienta y orégano, y en la final un chorrito de aceite de oliva.), luego una tercera capa de berenjenas, encima pondremos el preparado de soja texturizada, una última capa de berenjena, y finalmente el queso rallado vegano (o pan rallado y mezclado con un poco de levadura de cerveza). Lo metemos al horno unos 20 minutos a temperatura media, y le damos 10 minutos finales a horno fuerte para gratinar. Por supuesto se le puede poner una bechamel vegana (yo no lo hice porque soy un rarito y no me gusta la bechamel), o añadir una capa extra de champiñones y aceitunas negras, que le van cantidubi…, pero así, tal cual, está deliciosa.