Ingredientes:
– 8 o 10 rabanitos cortados en rodajas de 2 ó 3 mm. Yo le puse el rábano japonés, que es amarillo y más grueso, se usa para hacer sushi, pero la receta original es con el rabanito rojiblanco de toda la vida.
– 1 buen chorro de vinagre de arroz (o de manzana, o de vino, el que tengas).
– 2 cucharadas de aceite de sésamo.
– 1 cucharada de aceite de oliva.
– 1 chorrito de tamari.
– Jengibre (raíz, encurtido, o ambos).
– 1 cucharada de mostaza antigua.
– Orégano.
– Agua (la que necesites para cubrir los rabanitos).
Elaboración:
Cortamos los rabanitos en rodajas (en mi caso, como ya apunté, tenía un rábano amarillo japonés que ya viene en formato cilíndrico, pero si usas el rabanito normal no hace falta que lo peles, con lavarlo bien es suficiente). Una vez rodajeado lo mezclamos con el resto de los ingredientes en un tarro de cristal, tapamos, agitamos para que se mezcle todo bien, y a la nevera. En un día esta listo para comer. Es un aperitivo nutritivo, delicioso y sorprendente…, y fantástico para la flora intestinal, como todos los encurtidos.