Ingredientes:
– 1/2 cebolla morada (o una cebolleta, o un puerro pequeño).
– 1 pimiento verde pequeño.
– 2 patatas pequeñas crudas.
– 1 puñado de cilantro fresco, troceado.
– 1 cucharada de tikka masala, garam masala, o de lo tengas más, hala.
– 1/2 cucharadita de cúrcuma en polvo.
– 1/2 cucharadita de comino en polvo.
-1/2 cucharadita de sal.
– 1/8 cucharadita de cayena molida (opcional, solo si eres de la tribu de los capsicófagos).
– 3/4 taza de harina de garbanzo (a harina de almortas, si tienes).
– 1/2 taza de agua (125 ml – o caldo de verdura).
– Aceite de oliva virgen extra al gusto (para freir, aunque también se pueden hacer al horno).
Elaboración:
Trocea la cebolla morada (o si no tienes, como me pasó a mí, cebolleta o puerro) y el pimiento en juliana fina. Ralla las patatas o filetealas muuuuuuy finas. Ponlo todo en un bol junto con el cilantro y las especias y a remover bien. Por otro lado mezcla la harina con el agua hasta que tenga una textura oval y añade al resto de los ingredientes. Mezcla hasta que se intregre bien y vete poniendo cucharadas de la mezcla en el aceite a fuego medio-alto hasta que se doren por ambos lados (unos 2 ó 3 minutos por lado). Sirve tal cuál o con tu salsa preferida. El chutney verde le va que ni tintao, pero también el de mango o una veganesa de altramuches o de cilantro. En la nevera, bien tapadas, te aguantan hasta una semana.