Ingredientes:
Para la masa:
– 6 cucharadas de harina (la que tengas).
– 1 chorrito de aceite.
– 1 pizca de sal.
– El agua que pida (hasta que quede una masa elástica y que no se pegue).
– Opciones creativas. Yo le puse orégano, un poco de tomate casero y, sé de buena tinta, porque me lo ha soplado una musa, le va que tintás unas aceitunitas negras muy bien picadas. Ahora mismo se me está ocurriendo ponerle el líquido de las aceitunas negras en lugar de agua, o mitad y mitad…, ya veré.
Para ponerle por encima:
– Champiñones laminados.
– Aceitunas negras.
– Especias al gusto. Para mi gusto las que mejor le van son: orégano, ajo en polvo, cebolla en polvo y pimienta negra.
Elaboración:
Ponemos las 6 cucharadas de harina en un cuento, hacemos un cráter estromboliano, agregamos chorrito de aceite de oliva, una pizca de sal, y agua (de forma convencional se suele poner el doble de harina que de agua, pero lo mejor quedarse un poco corto e ir añadiendo hasta darle una textura que no se pegue). Amasamos hasta que no le quedes grietas y dejamos reposar al menos media hora (puedes enriquecer la masa con un poco de orégano, tomate frito casero, trocitos de aceituna negra bien picada…) Una vez reposada la masa, la ponemos sobre una tabla espolvoreada con harina y la estiramos a tope (el truco es estirarla muy fina para que quede bien crujiente). Una vez bien estirada la ponemos sobre un papel de hornear en la bandeja del horno, añadimos la cobertura (salsa de tomate casero, aceitunas negras y champiñones fileteados; de especias orégano, ajo, cebolla en polvo, y pimienta. Agregamos al final un chorrito de aceite de oliva virgen y 25 minutos al horno a 200 grados.
Nota: Concretamente esta pizza queda mejor sin veso. Lo que si le iría bien, se me está ocurriendo, son unas alcaparras.
Nota 2: ¿Por qué fragaria…? Por la forma, que salta a la vista antes que a la boca… 😉