
Ingredientes:
– 200 mililitros de aceite (mitad de oliva y mitad de girasol).
– 1 cucharadita de canela.
– 350 gramos de harina.
– 125 gramos de almendras molidas (y si quedan algunos trocitos, chachi piruli).
– 1 cucharadas de sirope de ágave (o el sirope que tengas, y si no tienes pues nada, sin sirope).
– 100 gramos de azúcar moreno (mejor glass, si no tienes también vale azúcar blanco)
Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes en un bol hasta obtener una masa compacta y algo pegajosa. Cogemos pequeñas porciones de la masa (tienen que salir unos 20 polvorones), hacemos una bola y le damos la forma que más nos guste. Colocamos los polvorones en una bandeja con papel para hornear y les espolvoreamos sésamo, anís en grano o ajonjolí.
Los metemos en el horno (previamente precalentado) a 170 grados durante unos 25 ó 30 minutos en la parte baja, con calor arriba y abajo. El tiempo puede variar algo en función del horno, en el mío se hacen en 25 minutos.
Sacamos los polvorones y los dejamos enfriar, hay que tener en cuenta que al enfriarse se endurecen, la clave está en conseguir que queden doraditos, pero no crudos.
Nota: Si los untas con un poco de sirope de ágave (o similar) y les pones unas almendras laminadas por encima los conviertes en perrunillas.