Ingredientes:
– 1 cebolla.
– 1 pimiento verde.
– 1 calabacín.
– 1 tomate.
– Ajo, aceite y sal.
Elaboración:
Uno de los pistos más ricos que he probado en mi vida. Lo hizo y me dio la receta mi buena amiga Reyes, mujer sin par, poliédrica y multizodiacal. El caso es que ella, zamorana, aunque afrancesada, fusionó ambas cocinas de la siguiente manera: primero se aprovisionó de verduras frescas de la huerta zamorana, y luego las preparó a la francesa, concretamente a la provenzal, es decir, cocinó los ingredientes uno a uno y por separado (primero la cebolla, luego el pimiento, el calabacín, el tomate y el ajo), friéndolos lentamente, como para hacer ratatouille. Una vez fritos la cebolla, el pimiento, el calabacín y el tomate, se mezcla todo, se le da el punto de sal y se añade el ajo, que según ella tiene que ser poco para luego cocerlo todo lentamente.
Como anécdota anotar que la autora de la receta, aquí presente mientras escribo estas palabras, cuando le digo que esta receta es suya, me dice que se la tengo que pasar. Lo dicho, una mujer sin par.