Ingredientes:
– Soja texturizada menuda.
– 1 cebolleta hermosa (o chalota, o allium cepa corriente y moliente de toda la vida).
– 3 ajos.
– 6 aceitunas verdes sin hueso.
– 4 cucharadas soperas de salsa de tomate (cuanto más casero más gozadero).
– 1 buen chorro de vino blanco.
– Sal, aceite de oliva y especias (orégano, pimentón, cayena y pimienta).
Elaboración:
Remojamos la soja texturizada media hora (en agua con un chorrito de tamari o salsa de soja queda ideal). Mientras tanto pochamos la cebolleta, el ajo y aceitunas verdes, todo bien picado. Cuando esté listo el sofrito añadimos la soja ya escurrida, la sal, el orégano, el pimentón, una punta de cayena (si te gusta picantón ponle punta y media), el vino blanco, dejamos que evapore un poco y agregamos la salsa de tomate (si se queda muy seco puedes ponerle un poco del agua con tamari en el que has rehidratado la soja, que le da un sabor muy rico). Dejamos maride y reduzca a fuego lento, probamos y corregimos si es necesario, y a gozarlas calentitas y humeantes.
Nota: Para hacerlo redondo lo ideal es acompañar este delicioso picadillo trampanchoricero con un rico colón de Salamanca.
También está delicioso entrepanes…, tostamos un poco, añadimos las chorichichas y un poco de queso vegano por encima, fundimos, y a gozar.
O como relleno para canelones, lasañas, volovanes, empanadas…, y ya si le pones unos boletus bien picaditos, o champiñones, o seta shiitake, la cosa se vuelve pleorgásmica.
Es muy plato muy acompañable, le va casi todo, por ejemplo unos taquitos de berenjena asada con un poco de salsa de druida, que le quedan ni tintaos.