Ingredientes:
– 200 g de seta shitake.
– 2 puerros.
– Verduras para hacer un caldo.
– Harina de garbanzos.
– Margarina o/y un aceite vegetal suave.
– 1 patata cocida.
– Pan rallado.
– Sal, pimienta, nuez moscada, agua y aceite.
Elaboración:
Llevaba tiempo fantaseando con hacer unas croquetas de shitake (desde que probé las de Paco, lo confieso, que eran de boletus y estaban orgásmicas) y en mi fantaseo las cocinaba así: primero hacía un caldo de verduras rico con las partes duras de unos espárragos trigueros, las peladuras de un par de puerros, un par de hojas de apio y los pies del shitake (para darle potencia se le puede añadir marmite y/o misho, tamari, pastilla de concentrado vegetal…, aunque el shitake es una seta muy sabrosa y no hace falta, yo lo haría con setas más suaves). Por otro lado en margarina o un aceite suave (o la mezcla de ambos) sofreía bien picaditos el shitake y los puerros, cuando estaban dorados los retiraba y en la misma sartén tostaba la harina de garbanzos con un poco más de margarina, añadía el caldo poco a poco, removiendo sin parar, hasta obtener una bechamel cremosa en la que ponía el shitake y los puerros…, todo condimentado con sal, pimienta y una pizca de nuez moscada, también le ponía una patata que cocí en un pis pas en el microondas bien machacada o batida. Lo dejaba enfriar en la nevera y cuando la masa se solidificó hice las croquetas, primero impregnándolas en harina de garbanzos con agua (y, opcionalmente, un pelín de vinagre y bicarbonato, es lo que haría las veces del huevo), luego rebozándolas en pan rallado, y a freír. No pude aguantarme las ganas, así que llevé el fantaseo a la cocina, el resultado lo tenéis en la foto. Deliciosas.
Nota: Probé después esta misma receta con boletus, en lugar de con shitake, y os juro por la enéada heliopolitana que queda pluscuamchachi.