
Ingredientes:
– 2 huevos por persona.
– 1 patata por persona
– 1 cebolla
– 1 pimiento rojo
– 1 pimiento verde
– 2 dientes de ajo
– 1 zanahoria
– Aceite, sal, harina, finas hierbas, pimienta, una pizca de cayena, agua, guisantes, aceitunas verdes, champiñones, y un chorrito de ron (perfectamente prescindible).
Elaboración:
Se cuecen los huevos, se pelan y se reservan (si los pelas bajo el grifo en templado, con un chorrito de agua, te resultará mucho más fácil y te reconciliaras con la ingrata tarea de pelar huevos duros, y nada tan bonito en esta vida como reconciliarse con algo). Mientras tanto se elabora el sofrito con las verduras (cebolla, pimientos, ajo, zanahoria, especias y ron prescindible). Se le ponen un par de vasos de agua y se tritura todo bien fino. En la salsa resultante se pone los guisantes, champiñones (los de lata quedan muy ricos), aceitunas y patatas cascadas en trozos como para bravas. Se deja a fuego lento hasta que estén blanditas las patatas (una media hora, más o menos). En ese momento se rebozan los huevos duros con harina, se fríen y se añaden. Es el típico plato infalible (lleva huevos y patatas, eso le gusta a todo el mundo), sencillo y sabroso…, recuerdo que de niño mi madre hacía este plato al menos una vez a la semana, así durante toda mi infancia, y algo debe tener, porque a diferencia de las lentejas, que también eran semanales, jamás lo aborrecí.