Ingredientes:
– 100 ml de aceite de oliva virgen.
– 100 ml de vino blanco.
– 1 chorrito de oporto.
– 2 cucharadas de anís en grano.
– 250 g de harina.
– 1 rama de canela y una cáscara de limón (y/o de naranja).
– Panela para embadurnar (y/o sirope de ágave)
– AOVE para freír.
Elaboración:
Se ponen los 100 ml de aceite de oliva en una sartén con la cáscara de limón y la rama de canela a fuego bajo para que el aceite vaya tomando sabor. En 10′ apartamos la canela y el limón y dejamos enfriar. Lo mezclamos con el vino, el anís y el oporto, vamos agregando la harina hasta que quede una masa manejable, compacta pero húmeda y que no pegue a las manos. Hacemos bolas, extendemos con el rodillo y les damos forma de circular, como la de la masa de las empanadillas. Le damos la forma pegando los extremos (bien pegados, para que no se abran con el calor) y freímos a fuego vivo. Finalmente bañamos en panela (o sirope de agave) y a gozar.
Nota: En lugar de los 250 g de harina se pueden poner solo 200 y sustituir esos 50 g por frutos secos molidos, por ejemplo avellanas y nueces. También, si te gustan bien dulces, le puedes añadir 50 g de panela a la masa.
Nota 2: A esta misma masa le añades un poco de levadura y te salen unas rosquillas de chuparse los dedos.